De un tiempo a esta parte, tengo una especie de “síndrome del niño del sexto sentido” que me hace ver Community Managers por todas partes. Se mueven entre nosotros, camuflados entre la gente normal, pero no son como nosotros.
La definición del Community Manager que podemos encontrar en la Wikipedia es bastante detallada:
“El community manager o responsable de comunidad es la persona encargada de crear, gestionar y dinamizar una comunidad de usuarios en Internet con independencia de la plataforma que empleen. La figura se remonta al origen de las comunidades virtuales como "The well" y luego siguió teniendo relevancia en el ámbito de las listas de distribución, los grupos de noticias y los foros web.
A partir de 1996 con el nacimiento de las redes sociales y posteriormente de los medios sociales ha ido cobrando paulatinamente mayor protagonismo.
Entre las habilidades que debe contar un buen responsable de comunidad se encuentran la facilidad y corrección en la redacción de textos (con especial interés a la hora de titular) y la habilidad para fomentar el intercambio de conocimientos y opiniones entre los usuarios. Por eso es una profesión especialmente indicada para los Periodistas, profesionales del marketing, publicistas y otros comunicadores, así como profesionales de la información como son los bibliotecarios y los documentalistas. [...]”
Características de un buen Community Manager
Conocimiento profundo de las redes sociales y herramientas de marketing digital: Un buen community manager debe conocer bien las plataformas en las que estará trabajando y las mejores prácticas para maximizar su impacto.
Comunicación efectiva: Un buen community manager debe ser capaz de comunicarse de manera clara y efectiva, tanto con su audiencia como con su equipo.
Creatividad: Un buen community manager debe ser creativo y estar dispuesto a probar nuevas estrategias y técnicas para mejorar su desempeño.
Habilidades de investigación: Un buen community manager debe estar dispuesto a investigar y aprender sobre su audiencia, sus intereses y preferencias.
Conocimiento de la industria: Un buen community manager debe estar al tanto de las últimas tendencias y desarrollos en su industria y estar preparado para aplicarlos a su trabajo.
Capacidad de multitasking: Un buen community manager debe ser capaz de manejar varias tareas y proyectos a la vez.
Resiliencia y paciencia: Un buen community manager debe ser capaz de manejar situaciones difíciles y mantener la calma en momentos de presión.
Pasión por su trabajo: Por último, un buen community manager debe tener una pasión genuina por su trabajo y estar comprometido con la satisfacción y el éxito de su audiencia.
El auge del término y la falta de un tipo de formación específica o determinada para desarrollar la profesión ha propiciado una proliferación inusitada de personas que se proclaman “community managers”. Y no solo eso, sino que también se ha desatado una feroz competencia de charlas, cursos y ponencias que prometen enseñarnos cómo ser el mejor community manager en un tiempo récord.
Y es en esta vorágine de perfiles y competencias cuando en ocasiones se nos olvida lo más básico, que es el medio en el que trabajamos. El vehículo de expresión del community manager es Internet, por lo que es necesario que disponga de unos mínimos conocimientos de la red, que sepa lo que es el HTML, que pueda entender una hoja de estilos CSS y, sobre todo, que tenga unas bases sólidas de seguridad en Internet.
Es decir, es muy posible que un programador no resulte un community manager eficaz si no es capaz de redactar, transmitir, fomentar la participación y generar expectación. Pero de la misma forma no es suficiente ser un buen comunicador, un “early adopter” o un excelente creativo para autoproclamarse responsable de la comunidad.